La Fecundidad, un homenaje a César Manrique

@cdrecordable Planos de la obra de César Manrique

La Fecundidad, un homenaje a César Manrique

Fecha: Agosto, 2020
Localización: 
Lanzarote
Cámara: 
iPhone 11 Pro
Publicado en
Tik Tok – IG stories
Tema: Warm memories, de Human Tetris

Las circunstancias que me condujeron a Lanzarote son inciertas. Unos amigos aficionados al buceo me invitaron a acompañarles dado que tenían una "cama libre" en el Airbnb que habían alquilado. Acepté la invitación, a pesar de que ese verano no me habían concedido vacaciones. Como no me habían dado vacaciones, anuncié que los acompañaría en el vacacional viaje, pero que tendría que trabajar de 7 a 17, horario canario, en cuestiones de posicionamientos web. Mi principal cliente entonces era el conglomerado de páginas sobre maternidad Mi Bebé y yo y Quimamme. Siete millones de usuarios al mes. Por otro lado, les dije, me da miedo el mar, me dan miedo las medusas, el agua del Atlántico es fría, resulta imposible que me apunte a vuestra expedición de buceo. Dado que eran amigos muy antiguos, todo eso les pareció suficiente y emprendimos el viaje.

De esta manera, yo pasaba el día sudoroso en un extrarradial piso de Arrecife, simulando ante mis jefes en todo momento que me hallaba en Barcelona analizando gráficos y tablas de excel. Hacia las 16h, mis amigos regresaban de su expedición diaria de buceo y pasaban la tarde hablando de las aventuras vividas con los más recónditos animales marinos, así como de cuestiones gremiales del mundo del buceo que me resultaron ajenas y al mismo tiempo simétricas con los avatares del presunto mundo de los escritores. En esos días llegué a saberlo todo sobre la vida subacuática sin apenas salir del pisito veraneante, que por su módico precio no contaba ni con terraza, ni con piscina, y desde cuya ventana se observaba una sólida gasolinera canaria. 

Dadas las circunstancias, decidí ser más temerario en la segunda parte del viaje e informé a mis amigos de que los acompañaría en sus expediciones de buceo sin dejar de trabajar en ningún momento. Que prefería acompañarles allí donde fueran cada mañana y quedarme junto al mar a la espera haciendo mis excels antes que permanecer un día más en el bunkerizado pisito de Arrecife. Así tuve ocasión de grabar este vídeo y otros, mientras trabajaba. Todas mis vacaciones eran trabajo, y se podría decir al mismo tiempo que todo mi trabajo eran vacaciones. Todavía no había sido escrito un libro que le ha dado, pasados los años, mucho sentido a todo esto: 

Algunas mañanas, mientras mis amigos se introducían con sus escafandras en las profundidades del mar, yo me encontraba diletante y al mismo tiempo laboral en puertos indefinidos de la costa de Lanzarote. Antes de aposentarme en algún chiringuito herrumbroso para proseguir con la industriosa tarea algorítmica, tuve ocasión de dar algunos paseos y de grabar planos de hoteles cerrados, piscinas vacías, complejos enteros en clara descomposición, siendo perseguido por perros, gatos, guardias de seguridad enfurecidos y, al mismo tiempo, siendo perseguido por los canales de Slack en mi móvil para que ejecutara tediosas tareas de indexación, pensara estrategias, upsellings. La vida era un despropósito y yo habitaba el caos. La economía de la isla se hundía al mismo tiempo con prácticamente la totalidad de su industria turística y de restauración cerrada. Una vez más, la destrucción que grababa mi cámara era la destrucción que habitaba en mí, en ese momento. 

Este montaje se centra en el elemento volcánico de la isla y, sobre todo, en el contrapunto que representó para mí descubrir la obra de César Manrique. Su presencia destacaba con voz propia ante la cámara y frente al resto de elementos de la isla. El motivo central del vídeo es una escultura dedicada a la fecundidad y ubicada en un punto estratégico de la isla donde las tipologías de terreno cambian. 

También aparecen planos grabados en los Jameos del agua, un día en que estábamos solos en lo que hoy es impracticable lugar turístico. A pesar del teletrabajo simultáneo con las vacaciones, hubo una ventaja irrepetible: vimos la isla a solas. Se pudieron grabar planos muy abiertos sin la interferencia de lo humano, que desaparecía.


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